Unos amigos que vivieron en París nos recomendaron que no nos podíamos ir sin probar el brunch de Los Enfants Perdus, justo enfrente del canal de Saint Martin, así que allí fuimos un domingo de otoño a las 11,30h de la mañana con mucha hambre.
Ser los primeros en llegar tiene ventajas, eliges mesa, todo está en calma, los camareros aún no están estresados y la cocina es toda para ti. El sitio es agradable y el sofá del fondo es perfecto para descansar antes de que llegue la marabunta de bobos (bohemian bourgeois).
Café, té o chocolate, zumo de manzana bio o de granada, croissant, napolitanas, pan francés (no necesita más explicaciones) con mermelada, salmón ahumado, salchichas, huevos brouillés, champiñones, queso de cabra, pan brioche, ensalada… y, si quieres, con una copa de champagne.